Almeida deja claro que el terrorista Petro no merece ningún aplauso

Almeida Petro

Que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, no merece distinción alguna es evidente. Alguien con un pasado como él, vinculado al terrorismo, no está para que se le dispensen homenajes. En este sentido, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha hecho lo que procede: el Ayuntamiento tiene la obligación de conceder la Llave de Oro de la Villa a todos los jefes de Estado de visita oficial, en virtud del Reglamento de Protocolo y Ceremonial, el mismo por el que consistorio concedió en su día la misma distinción al presidente ruso, Vladímir Putin. Pero Almeida no aplaudió la intervención de Petro, un gesto que es más que elocuente.

El portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Javier Ortega Smith, fue más allá y mostró la «repulsa» de su formación por la entrega de la Llave de Oro de la Villa de Madrid al dirigente iberoamericano, pero Vox -que votó en contra de retirarle la distinción a Vladímir Putin con el argumento de que era un reconocimiento al pueblo ruso y no a su presidente- no está en condiciones de afearle al alcalde la distinción del Ayuntamiento a un jefe de Estado, por la sencilla razón de que la norma municipal no deja margen de maniobra alguno. Por tanto, Almeida ha hecho exactamente lo que cabía esperar de él: no aplaudir y mostrar una evidente distancia con el obligado galardonado, una actitud que constrasta con los inmerecidos aplausos que Petro recibió por parte de la bancada del PP durante su intervención en el Congreso de los Diputados. Una cosa es la cortesía parlamentaria ante un jefe de Estado y otra, bien distinta, aplaudir a un terrorista. Desde luego, quien se ha volcado con el presidente colombiano ha sido el socialcomunismo, incapaz de entender que el hecho de que el presidente colombiano sea de izquierdas no le otorga la condición de demócrata. Más bien todo lo contrario.

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